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                                    134el profeta muhammad en la bibliafinita sabiduría, que cuatro grandes potencias de la oscuridad habían de sucederse antes de que Su propio Reino fuera a establecerse. Las antiguas grandes civilizaciones y los imperios de los asirio-caldeos, aqueménidas, griegos y romanos debían aparecer y florecer para perseguir y oprimir al pueblo de Dios, así como para perpetuar todas las maldades y vilezas que el demonio pudiera imaginarse. Toda la gloria de estas cuatro potencias radicaba en su adoración al demonio. Y fue esta ‘gloria’ la que el ‘príncipe de las tinieblas’ prometió otorgar a Jesucristo desde la cumbre de una montaña si le seguía y le adoraba solamente a él. 2. Jesús y sus discípulos predicaron el Reino de DiosEllos fueron, es verdad, los anunciadores del Reino de Dios sobre la tierra. El alma y el corazón del Evangelio de Jesús (que la paz sea con él) están contenidos en esa famosa frase de su oración: «Venga tu reino» (Lucas 11:2). Durante veinte siglos, los cristianos de todas las denominaciones y tipos de creencia han estado rezando y repitiendo esta invocación, «Venga tu reino», y solamente Dios sabe hasta cuándo seguirán invocando y anticipando su venida vanamente. La anticipación cristiana de la venida del Reino de Dios es de la misma naturaleza que la anticipación de la venida del Mesías por los judíos. Ambas anticipaciones exhiben una imaginación descuidada e irreflexiva y lo que asombra es que sigan aferrados a esta fútil esperanza. Si se le pregunta a un sacerdote o a un pastor lo que piensa acerca del Reino de Dios, proferirá todo tipo de cosas ilusorias y sin sentido. Afirmará que el Reino es la Iglesia a la que pertenece y que vendrá cuando se imponga y absorba todas las demás iglesias heréticas. Otro hablará del millenium. Un salvacionista o cuáquero quizás diga que, conforme a su creencia, el Reino de Dios se refiere a los 
                                
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