Page 140 - Demo
P. 140
139el islam es el reino de dios sobre la tierracadas al pillaje, las depredadoras y los nómadas musulmanes semibárbaros pueden tener algunas nociones religiosas y creer en la existencia de Allah, no obstante, es su falta de conocimiento y de formación religiosa la causa principal de su vicio y depravación. Son una excepción. No se puede llegar a ser un buen musulmán sin formación religiosa y educación. b) A tenor de la descripción del profeta Daniel, los ciudadanos del Reino de Dios son el «pueblo de los santos del Altísimo». En el texto original caldeo o arameo, son descritos como A’mma d’qaddishid I’lionin, un epíteto solamente digno para el príncipe de los profetas y su noble ejército de muhayirin (‘emigrantes’) y ansar (‘auxiliadores’), quienes extirparon la idolatría de gran parte de Asia y África y destruyeron a la bestia romana. Todos los musulmanes que creen en Allah, en Sus ángeles, Sus libros y Sus mensajeros; en el Día de la Resurrección y del Juicio; en que el bien y el mal vienen de Él y que realizan sus prácticas piadosas de acuerdo a su capacidad y buena voluntad, se consideran ciudadanos santos y bendecidos del Reino. No hay mayor ignorancia religiosa que creer que hay una persona llamada ‘Espíritu Santo’ que llena los corazones de quienes son bautizados en nombre de tres dioses, cada uno tercero de tres, o uno igual a un tercio, santificando así a los creyentes en su absurdo. Un musulmán no cree que haya solo un espíritu santo, sino muchos, todos criaturas de Allah y bajo Sus órdenes. Los musulmanes son santificados no a través del bautismo o la ablución, sino que sus espíritus son purificados y santificados por la luz de la fe y por el ardor del celo y la valentía para defender y luchar por ella. Juan el Bautista, o quizás el propio Jesús (según el Evangelio de Bernabé), dijo: «Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego» (Mateo 3:11). Fue con este fuego y este espíritu que Muhammad bautizó a los nómadas semibárbaros y a los gentiles paganos