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143los ángeles anuncian el islam y a un profeta llamado «ahmad»No es mi intención negar totalmente la visita de algunos magos de Oriente a Jesús (que la paz sea con él), sino, simplemente, mostrar la avidez o ambición de la Iglesia en exagerar sucesos simples en la vida de Jesús y exhibir en ellos algunas características sobrenaturales. El otro suceso igualmente maravilloso que concierne al presente tema, está registrado por el evangelista Lucas (2:1-20). Algunos pastores estaban vigilando su ganado en un campo cercano a Belén la misma noche en que nació Jesús en un pesebre. Un ángel anuncia el nacimiento del «Señor salvador» y, de repente, aparece un ejército de ángeles en el cielo y canta el himno siguiente:«¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Lucas 2:14). Este famoso himno angélico, conocido como Gloria in excelsis Deo y cantado en las iglesias durante la celebración de los sacramentos, es, desafortunadamente, solo una vaga traducción del texto griego, que no puede ser considerado en absoluto fiable y seguro porque no nos muestra las palabras originales en la lengua en que la cantaron los ángeles, que era la que entendían los pastores hebreos. Que las huestes celestiales cantaron su jubilosa canción en el idioma de los pastores y que dicho idioma no era el griego sino el hebreo vernáculo —o más bien el arameo— es una verdad admitida. Todos los nombres bíblicos de Dios (Allah), de los ángeles, del cielo, de los profetas, etc., se nos han revelado en lenguas semíticas (hebreo, arameo y árabe). Imaginar, pues, a la multitud de las huestes celestiales cantar en griego a los ignorantes pastores judíos en los suburbios de Belén equivaldría a creer que dicho ejército angélico, sobre el firmamento de las montañas del Kurdistán, ¡canta un himno en japonés para el entendimiento o confusión de algunos pastores kurdos! La aparición de un ángel a los humildes pastores de Belén y el anuncio del nacimiento de un gran profeta esa misma noche y la audición del aleluya angélico únicamente por ellos y no por los altivos sacerdotes y