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                                    269el «hijo del hombre» según los apocalipsis judíosEl «Hijo del Hombre» funda el Reino de Paz, cuya capital ya no es la antigua Jerusalén, sino la nueva, es decir, Dar Al-Salam, ‘la ciudad o corte de paz’. En esta maravillosa visión, los sophis o profetas narran cómo la Jerusalén terrenal es levantada y trasladada a un país sureño, pero un nuevo templo, más alto y grande que el primero, es edificado sobre las ruinas del antiguo edificio. ¡Dios dispensador de gracias! ¡Cuán maravilloso fue el cumplimiento de todo eso por el más ilustre y santo sirviente Muhammad! La nueva Jerusalén no es otra que La Meca, porque está situada hacia el sur y sus dos montes, Safa y Marwa, llevan los mismos nombres que Moriá y Sion, de la misma raíz y significado, aunque originariamente anteriores. La Jerusalén o Yerushalayim antigua pasa a ser una ciudad de luz y paz. También por esa misma razón, La Meca, en tanto que sede de la Kaaba, pasa a ser la qibla, es decir, la dirección hacia la cual se orientan los musulmanes en su oración. Aquí se reúnen, cada año, miles de peregrinos de todos los países musulmanes que visitan la sagrada Kaaba, ofrecen sacrificios, renuevan su fidelidad a Allah y se comprometen a llevar una nueva vida digna de un musulmán. No solamente La Meca, sino también Medina y sus aledaños, se han vuelto sagrados e inviolables y están vetados a toda persona no musulmana, sea hombre o mujer. Fue en este cumplimiento de la visión de Idris o Enoc, asimismo, que el segundo califa, Omar, reconstruyó la mezquita sagrada de Jerusalén sobre el cerro de Moriá. Todo ello demuestra maravillosamente que la visión fue experimentada por un vidente o profeta inspirado por Dios, quien percibió los sucesos musulmanes en un futuro lejano. ¿Podían Roma y Bizancio asegurar ser la nueva Jerusalén? ¿Puede el papa o algún patriarca cismático alegar ser el toro blanco apocalíptico con dos grandes cuernos? ¿Puede alegar la cristiandad ser el Reino de Paz (islam = shalom), siendo así que hace a Jesús y al Espíritu Santo coevos y consustanciales con el Dios Uno Absoluto? De ningún modo. 
                                
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