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268el profeta muhammad en la bibliaHasta Ismael (que la paz sea con él), todos los profetas se representan como toros blancos. Pero desde Jacob (que la paz sea con él) en adelante, los príncipes del pueblo elegido aparecen en forma de carneros. La religión universal ha sido convertida en nacional y el emperador, en un jefe diminuto. Aquí asistimos de nuevo a otro maravilloso cumplimiento de la visión en la época de Muhammad. Los líderes o patriarcas de la antigua religión universal son representados como toros blancos, igual que los jefes de los fieles musulmanes, pero con la diferencia de que estos últimos tienen grandes cuernos negros y el emblema del poder doble, el espiritual y el temporal. Entre los cuadrúpedos puros, no hay ningún animal más bello y noble que el toro blanco, en especial cuando es coronado con un par de grandes cuernos negros. Así aparece majestuoso y lleno de gracia. Cabe señalar que el imam de los creyentes, ya posea el título de califa, sultán o ambos, es distinguido y percibido en todo momento por la pureza de su fe y de sus actos, así como por la solidez de su poder y majestuosidad a la cabeza de las vastas y numerosas multitudes de creyentes, compuestas por todas las razas y las lenguas. La visión reconoce expresamente la entrada y admisión de los apóstatas e incrédulos en el rebaño. Miles de judíos, cristianos, sabeos, así como millones de árabes y otros pueblos paganos, creyeron en la Unicidad de Allah y abrazaron el islam. En este sentido, vale la pena advertir que todo el derrame de sangre en las campañas de Badr y Uhud, entre otras, supervisadas por el propio Profeta Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz), no podían exceder el uno por mil de la sangre derramada por Josué. De todos modos, no puede demostrarse ni un solo acto de crueldad o injusticia llevado a cabo por el Mensajero de Allah pues era clemente, noble, magnánimo e indulgente. Es por eso por lo que solamente Muhammad, de entre toda la humanidad, representó en todas las visiones proféticas al «Hijo del Hombre», igual que al primer hombre antes del descenso.