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                                    87el profeta muhammad es ‘el hijo del hombre’griego de Constantinopla se fue a Londres llevando consigo una preciosa y antigua capa patriarcal con gemas y perlas para el arzobispo de Canterbury, quien defendía insistentemente la devolución de Constantinopla y de la gran mezquita de Santa Sofía a los griegos. En la víspera de la celebración del viaje nocturno del Profeta (al que Allah bendiga y dé paz) a los cielos —llamado al-mi’ray— el edificio sagrado se llenó de una gran multitud de creyentes que suplicaron a Allah Todopoderoso hasta el amanecer para que liberara Turquía y, sobre todo la sagrada mezquita, de quienes «la llenarían como antes de ídolos e imágenes repugnantes». Respecto al manto o capa patriarcal, escribí un artículo en el diario turco Aqsham, mostrando la existencia de un cisma entre la iglesia ortodoxa griega y la anglicana protestante. Allí señalé que la capa no significaba un palio de investidura o reconocimiento de las órdenes anglicanas y que una unión entre ambas iglesias nunca podría lograrse salvo que una de las partes renunciara y abjurara de determinados artículos de fe, considerándolos heréticos o erróneos. Señalé, asimismo, que la capa era un soborno diplomático por cuenta de Grecia y su Iglesia. La carta terminó con estas palabras: «Todo depende de la gracia y del milagro que pudiera reportar este baqshish (‘soborno’)». El resultado es bien conocido como para repetirlo aquí. Basta con decir que el patriarca falleció en Inglaterra y que el Altísimo, que había mandado a Bar Nasha para aplastar el cuerno y expulsar a las legiones de Roma de Oriente Próximo, alzó a Mustafa Kamal que salvó su país y restauró el honor del islam.e) Hay que apuntar que los judíos eran el pueblo elegido de Dios hasta el advenimiento de Jesús (que la paz sea con él). Para los musulmanes, ni ellos ni los cristianos tienen derecho a reclamar el título del «pueblo de los santos del Altísimo» puesto que los primeros rechazaron totalmente a Jesús, mientras que los segundos le insultaron al deificarle. Además, no les corresponde dicho título porque se niegan a reconocer al Profeta Mu-
                                
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