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119los auténticos profetas predican solo el islamdecir al pueblo que Dios había decidido colocar el yugo del monarca de Babilonia en el cuello de todos los judíos. Un profeta opositor le asestó un golpe en la cara, le quitó el yugo del cuello, lo rompió y siguió repitiendo la arenga de los falsos profetas. Jeremías fue, entonces, arrojado a un profundo calabozo lleno de lodo, donde tan solo le alimentaban con un trozo de pan al día, hasta que la hambruna se adueñó de la ciudad sitiada por los caldeos. El pseudoprofeta Ananías murió como había predicho Jeremías. La muralla de la ciudad fue derrumbada, el ejército victorioso se adentró en ella y el rey prófugo Sedequías y su comitiva fueron capturados y llevados ante el rey de Babilonia. Tras ser saqueados, el templo y la ciudad fueron incendiados y todos los habitantes de Jerusalén llevados a Babilonia. Tan solo se dejó allí a las clases más pobres, para que cultivaran la tierra. Por orden de Nabucodonosor, se le concedió a Jeremías el favor de permanecer en Jerusalén y al recién nombrado gobernante, Godolías, le fue encargado protegerle y cuidarle. Pero Godolías fue asesinado por judíos rebeldes, que huyeron a Egipto llevándose consigo a Jeremías. Incluso en Egipto, donde se cree que falleció, Jeremías profetizó contra los fugitivos y los egipcios. El libro de Jeremías, tal y como aparece en la actualidad, es bastante diferente del que aparece en la Biblia de los Setenta. Evidentemente, la copia a partir de la cual fue escrita la Biblia griega por los traductores alejandrinos tenía un orden diferente de capítulos. Los críticos bíblicos consideran que Jeremías fue el autor o, de algún modo, el compilador del quinto libro del Pentateuco llamado Deuteronomio. Yo, personalmente, comparto esta opinión. Jeremías era levita y sacerdote, además de profeta. Existen muchas enseñanzas suyas en el Deuteronomio que son desconocidas en el resto de los escritos del Antiguo Testamento. Tomaré una de esas enseñanzas para el presente tema, que considero una de las gemas o textos áureos del Antiguo Testamento y que debería ser estimado como valioso y santo.