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114el profeta muhammad en la bibliago, cuando estaba en la cárcel, envió a sus discípulos ante Jesús para preguntarle: «¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?» (Mateo 11:3). Juan el Bautista fue martirizado en la cárcel porque recriminó a un edomita infiel, el rey Herodes el Tetrarca, el haberse casado con la esposa de su propio hermano. Así termina, según los relatos de los evangelistas, la vida de un santísimo y casto profeta. Es extraño que los judíos no recibieran a Juan el Bautista como profeta como también lo es descubrir que el Evangelio de Bernabé no menciona al Bautista y lo que es peor, que pusiera las palabras que supuestamente dijo Juan sobre Jesús en boca de este último sobre Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz), el Mensajero de Allah. El Corán menciona el nacimiento milagroso de Juan el Bautista bajo el nombre de Yahia pero no hace referencia a su misión de bautizar. La descripción de su sermón se proporciona en el tercer capítulo del Evangelio de Mateo. Parece que haya anunciado el acercamiento del reino de los cielos y la llegada de un gran mensajero y profeta de Dios que iba a bautizar a los creyentes, no con agua, “sino con fuego y con el espíritu santo”. De todos modos, si Juan el Bautista era el mensajero designado por Dios para preparar el camino ante Jesús (que la paz sea con él) y era su heraldo y subordinado, no tiene sentido que bautice a las multitudes en las aguas de un río o embalse y que se ocupe de media docena de discípulos. Debería haber seguido inmediatamente a Jesús en cuanto le vio y le conoció. ¡Pero no hizo nada de eso! Por supuesto, un musulmán habla de un profeta siempre con sumo respeto y reverencia, y ya no hago más comentarios, como sí haría Ernest Renan o un crítico indiferente. Pero decir que un profeta, a quien describen como el sufí del desierto vestido con piel de animales, como un derviche que aparece y ve a su adón y al ángel de la Alianza y que luego no le sigue ni se adhiere a él es ridículo e increíble. Pensar y creer que un profeta es enviado por Dios para preparar el cami-