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                                    111el señor y el apóstol de la alianzagiéndose a Jesús, dijo: «He aquí, envío mi mensajero [ángel] delante de tu faz, el que preparará tu camino delante de ti» (Mateo 11:10), deseando mostrar que este mensajero o ángel era Juan el Bautista. Luego, Jesús hace un contraste entre él mismo y Juan el Bautista, describiéndole como superior a todo profeta y que no se ha levantado otro mayor que él entre los que nacen de mujer, pero diciendo que el más pequeño en el reino de los cielos —del que Jesús será, supuestamente, el rey— será más grande que Juan el Bautista.No creo ni por un segundo que Jesús (que la paz sea con él) o cualquiera de sus discípulos pudiera haber usado semejante lenguaje con el fin de pervertir la palabra de Dios, pero sí creo que algún sacerdote fanático u obispo ignorante forjó este texto, poniendo en boca de Jesús (que la paz sea con él) unas palabras que ningún profeta proferiría. La idea tradicional de que el mensajero encargado de preparar y reparar el camino ante el Adón y el Mensajero de la Alianza es siervo y subordinado de este último y, por lo tanto, concluir que se vaticinan a dos personas, es fruto de la ignorancia acerca de la importancia de la misión y magnitud de la labor encomendada a dicho profeta. No se espera que sea un pionero o incluso un ingeniero designado para construir caminos y puentes para el paso de un cortijo real. Abordemos, pues, la presente cuestión con más profundidad y de un modo audaz, imparcial y desapasionado.1. En primer lugar, debe entenderse que el Mensajero es un hombre, una criatura de cuerpo y alma humana, y que no es un ángel ni un ser sobrehumano. En segundo lugar, deberíamos abrir nuestros ojos de sabiduría y juicio para ver que no se le envía para preparar el camino ante otro mensajero llamado «Adón» y ante el «Mensajero de la Alianza», sino que tiene el cometido de fundar y establecer una religión auténtica, segura y buena. Tiene como misión apartar todos los obstáculos en el camino entre Dios y sus criaturas, llenando todos sus huecos y grietas, de tal modo que sea suave, fácil de andar, bien iluminado y protegido de 
                                
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