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107el rey david le llama «mi señor»modos, podemos conjeturar que esta investidura con el honor de sentarse a la diestra del Trono de Dios y, por ende, elevarse a la dignidad del Adón, no solo de los profetas sino también de todas las criaturas, sucedió en la famosa noche del Mi’ray o ascenso a los cielos. 4. La única y principal objeción a la superioridad y misión divina de Muhammad es su condena a la doctrina de la Trinidad. Pero el Antiguo Testamento no conoce ningún otro Dios que Allah y el señor de David no se sentó a la diestra de un triple dios, sino a la diestra de Allah (Dios), el Uno. Así pues, entre los profetas, que creyeron en Allah y Le sirvieron, ninguno fue tan grande ni Le rindió un servicio tan espléndido, a Él y a la humanidad, como Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz).