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178el profeta muhammad en la bibliaJuan el Bautista profetizó a Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz)1. Según el testimonio de Jesús, entre los nacidos de mujer, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; sin embargo, el «más pequeño» en el Reino de Dios es mayor que él. La comparación hecha por el «Espíritu de Dios» (Ruhu Allah, es decir, Jesús) es entre Juan y todos los anteriores profetas como los responsables y administradores del Reino del Cielo. Cronológicamente, el último profeta sería «el más pequeño» de todos ellos, el menor, el más joven. La palabra zira en arameo, como el árabe saghir, significa ‘pequeño’, ‘joven’. La Peshitta emplea la palabra zira o z’eira en oposición a rabba, que significa ‘grande’, ‘mayor’. Cualquier cristiano admitirá que Jesús no es el último profeta y, en consecuencia, no puede ser «el más pequeño». No fueron solamente los apóstoles los que recibieron el don de la profecía, sino que también fueron favorecidos con la misma muchos otros santos de la época apostólica (Hechos 11: 27-28; 13:1; 21:9-10). Asimismo, como no podemos determinar cuál de estos numerosos profetas de la Iglesia era el último, naturalmente nos vemos obligados a buscar en otro lugar a un profeta que sea incuestionablemente el último y el sello de la lista profética. ¿Podemos imaginar una evidencia más sólida y brillante a favor de Muhammad que el cumplimiento en su santa persona de esta maravillosa profecía de Jesús? En la larga lista de la familia profética, el más joven y el último es ciertamente Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz). Aunque él es el «benjamín» de los profetas, es, no obstante, el sultán y el adón de su gloria. Negar el carácter profético y la naturaleza apostólica de la misión de Muhammad implica una negación categórica de toda la revelación divina y de todos los profetas que la predicaron. Pues todos los demás profetas juntos no llevaron a cabo la gigantesca labor que el Profeta solo hizo en el corto periodo de veintitrés años de misión.