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                                    175capítulo ivEl profeta anunciado porel Bautista era ciertamenteel Profeta Muhammad Hay dos observaciones muy significativas hechas por Jesús acerca de Juan el Bautista, pero registradas de un modo misterioso. La primera observación es aquella en la que Juan es presentado al mundo como Elías reencarnado (Helias en el Antiguo Testamento). El misterio encerrado en este nombre radica en el significativo silencio de Jesús respecto de la identidad de la persona que Helias (no Elías) había de anunciar y presentar oficialmente al mundo como el último Profeta. El lenguaje de Jesús, en este sentido, es oscuro, ambiguo y misterioso. Si Juan era Elías, como se declara expresamente y sin miedo, ¿por qué entonces la persona cuyo precursor era Elías no se menciona expresamente y sin miedo? Si Jesús fuese el «Mensajero de la Alianza» y el «Dominador» [como traduce la Vulgata la palabra hebrea Adón] (Malaquías 3:1) ¿por qué no lo dice abiertamente? Si tuvo la valentía de declarar que no era él el «Dominador» sino otro profeta, ciertamente debe haber sido una mano criminal la que borró las palabras de Jesús del evangelio original. De todas formas, los evangelios son responsables de esta ambigüedad y oscuridad. No puede describirse sino como una maraña diabólica al texto que ha engañado a millones de cristianos durante tantos siglos. Jesús 
                                
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