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232el profeta muhammad en la bibliaculto de la idolatría. Todo eso fue logrado por Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz) en pocos años. El islam es reino y juicio o religión; tiene el libro de la ley, el Sagrado Corán; tiene a Dios como Juez y Rey Supremo y a Muhammad como su victorioso héroe con fortuna y gloria eternas.e) El último rasgo, pero no el menos importante, del Periqlyte es que «no hablará por sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga y hará saber las cosas que han de venir» (Juan 16:13). En el Corán, no hay ni una letra ni una palabra o comentario de Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz) o de sus devotos y santos compañeros. Su contenido íntegro es la Palabra revelada de Allah. Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz) expresó y pronunció las palabras de Dios tal y como las escuchó, leídas a él por el ángel Gabriel, y que fueron puestas por escrito por fidedignos escribas. Aunque son sagradas y edificantes, las palabras, dichos y enseñanzas del Profeta no son la Palabra de Dios, y se llaman hadices o tradiciones. ¿No es él, incluso en esta descripción, el verdadero Periqlyte? ¿Nos puede alguien indicar una persona, aparte de Ahmad, que posea todas estas cualidades, signos y distinciones materiales, morales y prácticos propios del Periqlyte? Ciertamente, no. Creo que he dicho lo suficiente acerca del Periqlyte, de modo que voy a concluir con un versículo del Sagrado Corán: «Di: “Yo no soy el primero de los enviados. Y no sé lo que será de mí, ni lo que será de vosotros. No hago más que seguir lo que se me ha revelado. Yo no soy más que un amonestador que habla claro”» (Corán 46:9).