Page 235 - Demo
P. 235
234el profeta muhammad en la bibliaJesús fue lo que él afirma ser en el Evangelio o fue el mayor impostor que jamás haya visto el mundo». Nunca he olvidado esta declaración dogmática. Lo que quería decir es que Jesús era o bien el hijo de Dios o bien el impostor más grande. Si se acepta la primera hipótesis, se es un cristiano, un trinitario; y si se acepta la segunda, entonces se es un judío no creyente. Pero quienes no aceptamos ninguna de las dos proposiciones somos naturalmente musulmanes unitarios. Nosotros los musulmanes no podemos aceptar ninguno de los dos títulos dados a Jesús en el sentido en que las iglesias y sus escrituras poco fiables pretenden atribuirle. No solo él es «el Hijo de Dios» y «el Hijo del Hombre», pues si está permitido llamar a Dios «Padre», entonces no solo Jesús, sino cada profeta y creyente justo es en particular un «hijo de Dios». Del mismo modo, si Jesús (que la paz sea con él) fuese realmente el hijo de José, el carpintero, y tuviese cuatro hermanos y varias hermanas casadas, como alegan los Evangelios, ¿por qué entonces solamente él habría de asumir este extraño apelativo de «el Hijo del Hombre», que es común a cualquier ser humano?Parece que estos sacerdotes, pastores, teólogos y apologistas cristianos tuvieran su propia lógica para razonar, así como una proclividad especial a los misterios y a las absurdidades. Su lógica no sabe de grado o término medio, ni tiene una idea definida de los títulos y apelativos que emplean. Tienen un gusto envidiable por las afirmaciones irreconciliables y contradictorias, que únicamente ellos pueden tragarse como huevos duros. Pueden creer, sin la menor vacilación, que María era tanto virgen como esposa, que José era su marido; que Jacobo, José, Simón y Judas eran tanto primos de Jesús como sus hermanos; que Jesús es Dios perfecto y hombre perfecto; y que «el Hijo de Dios», «el Hijo del Hombre», «el Cordero» y «el Hijo de David» son todos una y la misma persona. Se nutren de doctrinas heterogéneas y opuestas, que es lo que representan estos términos, con un ansia y apetito como el que sienten por el beicon y los huevos a la hora de desayunar. Nunca se detienen a pensar y