Page 243 - Demo
P. 243


                                    242el profeta muhammad en la bibliani social y porque él mismo era el precursor del «Hijo del Hombre» y del «Mesías» —el Adón, el profeta conquistador, el designado y coronado sultán de los profetas. c) Un examen crítico del sobrenombre «Hijo del Hombre» puesto decenas de veces en boca de Jesús resulta, y debe resultar, en la conclusión de que nunca se lo apropió para sí mismo. De hecho, emplea a menudo este título en tercera persona. Unos pocos ejemplos bastarán para convencernos de que Jesús (que la paz sea con él) lo aplicó a alguien que iba a aparecer en el futuro:i) Un escriba, que es un hombre cultivado, afirma: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas». Y Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo, nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza» (Mateo 8:19-20). En el siguiente versículo, ¡le niega a uno de sus discípulos el permiso para enterrar a su padre! No puede encontrarse a ningún santo, padre o comentarista que se haya tomado la molestia de descubrir el verdadero sentido encerrado en el rechazo de Jesús a permitir que le siguiera ese instruido escriba. Si tenía sitio para trece personas, ciertamente, podía tener sitio para una más. Además, le podría haber registrado entre los setenta adherentes que tenía (Lucas 10:1). El escriba en cuestión no era un hombre ignorante como los hijos de Zebedeo y de Juan. Era un erudito y un consumado hombre de leyes. No hay motivo para sospechar de su sinceridad. Llegó a creer que Jesús (que la paz sea con él) era el mesías anunciado, el Hijo del Hombre, que podía reunir en cualquier momento a las legiones celestiales y subir al trono de su ancestro David. Jesús percibió la idea equivocada del escriba y le hizo comprender llanamente que quien no disponía de dos metros cuadrados de tierra donde recostar la cabeza naturalmente no podía ser el «Hijo del Hombre». No fue tosco con el escriba, sino que, benévolamente, ¡le ahorró perder su tiempo en busca de una esperanza fútil! 
                                
   237   238   239   240   241   242   243   244   245   246   247