Page 247 - Demo
P. 247


                                    246el profeta muhammad en la bibliado, que fue el único de toda la humanidad en tener el exclusivo honor de profesar la fe y la religión del verdadero Dios; y era también desdeñar a sus profetas y apocalipsis. ¿Podía Jesús asumir ese título? ¿Son hebreos los autores de los cuatro Evangelios? ¿Podía creer Jesús, conscientemente, que él era lo que esos espurios evangelios alegan? ¿Podía un judío redactar a conciencia esas historias expresamente destinadas a desconcertar y a frustrar las expectativas del pueblo? Por supuesto, no se puede esperar de mi parte sino una respuesta negativa a estas preguntas. Ni Jesús ni sus apóstoles emplearían jamás ese título extravagante en un pueblo ya familiarizado con el dueño legítimo de ese sobrenombre. Eso sería equiparable a colocar la corona del rey sobre la cabeza de su embajador, sin que este dispusiera de ningún ejército para proclamarle rey. Sería simplemente una descabellada usurpación de los derechos y privilegios del legítimo Hijo del Hombre. Por consiguiente, esa usurpación injustificada de parte de Jesús equivaldría a la asunción del epíteto de «pseudo Hijo del Hombre» y del Anticristo. La mera imaginación de un acto de audacia similar por parte del santo Jesús me revuelve todo el cuerpo. Cuanto más leo los Evangelios, más me convenzo de la creencia de que son obra —al menos en su forma y contenido actuales— de autores no judíos. Estos evangelios son para contrarrestar las revelaciones judías y, en particular, los libros sibilinos. Esto solo pudo haber sido hecho por cristianos griegos que no tenían interés alguno en las pretensiones de los hijos de Abraham (que la paz sea con él). El autor de los libros sibilinos coloca al lado de los profetas hebreos Enoc, Salomón, Daniel y Esdras, los nombres de algunos sabios griegos como Hermes, Homero, Orfeo o Pitágoras, evidentemente con el objeto de hacer propaganda para la religión hebrea. Estos libros fueron escritos cuando Jerusalén y el templo estaban en ruinas, en algún tiempo anterior o posterior a la publicación del Apocalipsis de San Juan. El significado de la revelación sibilina era que el Hijo del Hombre he-
                                
   241   242   243   244   245   246   247   248   249   250   251