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72el profeta muhammad en la bibliacer que los judíos esperan en vano la llegada de otro Shiloh y que los cristianos siguen obstinados en creer, erróneamente, que por Shiloh se aludía a Jesús (que la paz sea con él). Hay, por otro lado, otras observaciones que merecen nuestra seria consideración. En primer lugar, está muy claro que el cetro y el legislador seguirían en la tribu de Judá mientras no apareciera Shiloh en escena. Según afirman los judíos, Shiloh todavía no ha venido. Esto implicaría, por lo tanto, que tanto el cetro real como la sucesión profética todavía existen y pertenecen a esa tribu. Sin embargo, ambas instituciones dejaron de funcionar hace más de trece siglos. En segundo lugar, hay que hacer notar que la tribu de Judá desapareció también con su autoridad real y la hermana de esta, es decir, la sucesión profética. Es una condición indispensable para el mantenimiento de una existencia e identidad tribal mostrar que la tribu vive colectivamente como un todo, sea en la tierra de sus ancestros o en otra, y que habla su propio idioma. Pero el caso de los judíos es justamente el contrario. Si alguien quisiera demostrar que es israelita, se hallaría ante un serio problema, porque cualquiera le reconocería como tal, pero nunca podría llegar a demostrar su pertenencia a alguna de las doce tribus. Además, están dispersos y han perdido su propia lengua. Los judíos se ven obligados a aceptar una alternativa o bien admitir que Shiloh ya vino, pero que no fue reconocido por sus ancestros, o bien aceptar el hecho de que ya no existe la tribu de Judá de la que descenderá Shiloh. Como tercera observación, hay que destacar que el texto implica claramente, en gran medida contra la creencia judeo-cristiana, que Shiloh debería ser una persona totalmente ajena a la tribu de Judá e incluso a todas las demás tribus. Eso es tan evidente que muy pocos minutos de reflexión bastarían para convencerse de ello. La predicción indica claramente que, cuando Shiloh venga, el cetro y el legislador desaparecerán de