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74capítulo vEl Profeta Muhammad yel emperador ConstantinoLa profecía más maravillosa y, quizás, la más manifiesta acerca de la misión divina del hombre y Mensajero de Dios más grande, que figura en el capítulo séptimo del libro del profeta Daniel, merece un estudio serio y una consideración imparcial. Aquí, los grandes sucesos de la historia de la humanidad, que se suceden uno tras otro en un período de más de dos mil años, están representados por cuatro aterradores monstruos en una visión profética que tuvo Daniel: «Cuatro vientos del cielo combatían contra el gran mar» (Daniel 7:2). La primera bestia que sale de las profundidades del mar es como un león alado; luego sale la segunda bestia, semejante a un oso y con tres costillas entre sus dientes. A continuación, aparece la tercera en forma de un leopardo con cuatro alas y cuatro cabezas. La cuarta bestia, más formidable y feroz que las anteriores, es un monstruo con diez cuernos en la cabeza y dientes de hierro en la boca. Entonces, aparece un pequeño cuerno entre todos los demás y tres de ellos se rompen. A este cuerno se le ve con ojos y boca humanos y empieza a proferir grandes cosas contra el Altísimo. De repente, en medio del firmamento, se ve la visión del Eterno en medio de una luz resplandeciente, sentado en Su trono (kursi, en árabe) de llamas de luz, cuyas ruedas eran de luz29 brillante. Un río de luz fluye y avanza ante Él. 29 La palabra original es nur, y, al igual que la palabra árabe, significa “luz” más que “fuego”, que en el texto se representa como ish. [Nota del autor].