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                                    77el profeta muhammad y el emperador constantinoQue Dios sea el autor del mal y del bien no implica repulsar la idea de Su bondad. La negación de la misma se opone a la Unicidad absoluta del Todopoderoso. Además, lo que llamamos o entendemos como «mal» afecta solo a los seres creados y sirve para su mejora y desarrollo, sin tener el mínimo efecto en Dios. Volviendo a nuestro tema, he de decir que todas las bestias salvajes mencionadas eran enemigas del «pueblo de Dios», como se llama al antiguo Israel y a los primeros seguidores de los Evangelios. Porque solo ellos poseían el verdadero conocimiento, las escrituras y la revelación de Dios. Estas bestias salvajes persiguieron y masacraron al «pueblo de Dios». Pero la naturaleza y carácter del pequeño cuerno que apareció sobre la cabeza del cuarto monstruo era tan diferente de los demás animales, que Dios, por así decirlo, tuvo que bajar y establecer Su Trono en el firmamento para juzgar y condenar a la destrucción al cuarto animal, para convocar a su presencia al Bar Nasha o Hijo del Hombre y hacerle sultán de los humanos, ya que las palabras sholtana, yaqar, malkutha, que significan, respectivamente, ‘imperio’, ‘honor’, ‘dominio’, le fueron concedidos por encima de todos los pueblos y todas las naciones (Daniel 7:14) al Bar Nasha y al «pueblo de los santos del Altísimo» (Daniel 7:27). Cabe apuntar que, como el Hijo del Hombre es más noble y superior a las bestias, de igual modo la religión que profesa y establece es infinitamente más santa que la del pequeño cuerno.Examinemos y descubramos quien es el pequeño cuerno. Una vez determinada definitivamente la identidad del undécimo rey, la identidad del Bar Nasha se descubrirá per se. El pequeño cuerno aparece tras las diez persecuciones bajo el reinado de los emperadores romanos, el imperio estaba sufriendo con angustia la pugna entre cuatro rivales, siendo Constantino uno de ellos. Todos luchaban por el cetro del poder: tres murieron o cayeron en el campo de batalla y Constantino quedó como soberano supremo del vasto Imperio en solitario. 
                                
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