Page 100 - Demo
P. 100


                                    99el rey david le llama «mi señor»que fue un gran gobernante, no logró mantener a sus enemigos bajo absoluto control».El Antiguo Testamento no menciona cuándo le fue concedido el don de la profecía a David (que la paz sea con él). Podemos leer que después de que hubiese cometido los dos pecados, el profeta Natán fue enviado por Dios para castigarle. De hecho, hasta tiempos tardíos de su vida lo encontramos recurriendo siempre a otros profetas. Según los relatos bíblicos, por lo tanto, parecería que el don de la profecía le vino tras haberse arrepentido profundamente de su pecado. En uno de los capítulos anteriores, señalé que tras la fragmentación del reino en dos estados independientes que, a menudo, estaban en guerra entre sí, las diez tribus que conformaban el reino de Israel se mostraron siempre hostiles a la dinastía de David (que la paz sea con él) y nunca aceptaron otra porción del Antiguo Testamento salvo la Torá o Ley de Moisés (que la paz sea con él), tal y como figura en el Pentateuco. Esto es evidente según la versión samaritana de los primeros cinco libros del Antiguo Testamento. No nos encontramos ni siquiera con una palabra o profecía acerca de la posteridad de David en los discursos de grandes profetas como Elías y Elíseo, entre otros, que florecieron en Samaria durante el reinado de los perversos reyes de Israel. Fue a partir de la caída del reino de Israel y del traslado de las diez tribus a Asiria cuando los profetas de Judá empezaron a predicar la llegada de un príncipe de la casa de David (que la paz sea con él), que tenía que restaurar rápidamente a toda la nación, sometiendo a sus enemigos. En los escritos o discursos de estos profetas posteriores, hay varios dichos ambiguos y oscuros, que produjeron un gran revuelo entre los padres de la Iglesia pero que, en realidad, no tenían nada que ver con Jesús (que la paz sea con él). Voy a citar brevemente dos de estas profecías: La primera está en Isaías 7:14, donde el profeta predice «que una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le llamará Emmanuel». La palabra hebrea a’lmah no significa ‘virgen’, 
                                
   94   95   96   97   98   99   100   101   102   103   104