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157eudokia significa «ahmad»dad, creencia, mandamientos y ley en las primeras iglesias, como tampoco la hay hoy en día. Todo lo que podemos inferir de la literatura del Nuevo Testamento es que los cristianos del período apostólico tenían las escrituras judías como biblia, con un evangelio que contenía la verdadera revelación hecha a Jesús (que la paz sea con él), y que su sustancia era, precisamente, la misma anunciada en los cánticos seráficos, a saber, islam y un profeta llamado «Ahmad». La misión especial que Allah encomendó a su profeta Jesús fue la de convertir o hacer desistir a los judíos de la perversa y errónea creencia en el mesías davídico, así como convencerles de que el Reino de Dios sobre la tierra que estaban esperando no iba a venir a través de un mesías de la dinastía de David, sino de la familia de Ismael (que la paz sea con él), cuyo nombre era «Ahmad», el verdadero nombre que los evangelios griegos han conservado bajo las formas eudoxos y periclytos, y no «paráclito» como lo han moldeado las iglesias. Se sobreentiende que «paráclito» constituye uno de los temas principales del presente capítulo. Pero sea cual fuere el significado o verdadera ortografía etimológica del «paráclito» (Juan 14:16, 14:26, 16:7), todavía queda allí la resplandeciente verdad de que Jesús (que la paz sea con él) dejó tras de sí una religión inacabada para ser completada y perfeccionada por lo que Juan (14:16) y Lucas (24:39) describen como el «espíritu». Este «espíritu» no es un dios, ni un tercero de tres en una trinidad de dioses, sino el espíritu santo de Ahmad (al que Allah bendiga y dé paz), que existía como el de los demás profetas en el Paraíso (cf. con el Evangelio de Bernabé). Si el espíritu de Jesús (que la paz sea con él), según el testimonio de un apóstol (Juan 17, etc.), existió antes de que se convirtiera en persona, está perfectamente justificado que los musulmanes unitarios crean en la existencia del espíritu de Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz) según el testimonio de otro apóstol, es decir, Bernabé. ¿Por qué no? Como este punto será abordado en el curso de los siguientes capítulos, por el momento lo que quiero