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158el profeta muhammad en la bibliapreguntar a todas las iglesias cristianas es lo siguiente: ¿Poseían las iglesias de Asia, África y Europa el cuarto evangelio antes del Concilio de Nicea? Si la respuesta es afirmativa, ruego que me aduzcan pruebas; y si es negativa, debe admitirse entonces que gran parte de los cristianos no sabían nada del «paráclito» de Juan, un barbarismo que no significa ni ‘consolador’ ni ‘mediador’ ni ninguna otra cosa. Sin duda, estamos ante unos cargos muy serios y graves contra el cristianismo.Pero volviendo al tema, la Peshitta traduce la palabra griega eudokia (los griegos leen esta palabra como ivdokia o más bien la pronuncian ivthokia) como sobhra tabha (pronunciada sovra tava), que significa ‘buena esperanza’ o ‘buena anticipación’, mientras que la Vulgata latina, por su parte, la expresa como bona voluntas (‘buena voluntad’). Reto sin reparo a todos los eruditos griegos, si se atreven, a refutarme cuando declaro que los traductores de las versiones siríaca y latina cometieron un grave error en su interpretación de eudokia. No obstante, he de confesar que no puedo culpar conscientemente a esos traductores de haber alterado deliberadamente el significado de este término griego, porque he de reconocer que ambas versiones tienen un ligero fundamento para justificar sus respectivas traducciones. Aun así, cabe señalar que, obrando de este modo, se les escapó el sentido profético y el verdadero significado semítico al verterlo al griego como eudokia. El equivalente exacto y literal de «buena esperanza» en el idioma griego no es eudokia, sino eu elpis o más bien euelpistia. Esta explicación de evelpistia (como se pronuncia realmente en griego) es suficiente para silenciar la Peshitta. Por otra parte, el término preciso y exacto que corresponde al latín bona voluntas (‘buena voluntad’) en el idioma griego no es desde luego eudokia, sino euthelyma. De nuevo, esta corta pero decisiva explicación supone un desafío para los sacerdotes del Vaticano, de Fanar (Constantinopla) y de Canterbury, que cantan la Gloria in excelsis al oficiar misa u otros sacramentos.