Page 34 - Demo
P. 34
33el profeta muhammad en el antiguo testamentoLa verdad es que no hay una exactitud matemática ni una cualidad absoluta entre las tres personas de la Trinidad. Si el Padre fuera en todo los aspectos igual al Hijo o al Espíritu Santo, al ser la unidad 1 igual a otra cifra 1, habría necesariamente una persona de Dios y no tres, ya que una unidad no es un fragmento o fracción ni tampoco un múltiplo de sí misma. La principal diferencia y relación reconocida como existente entre las personas de la Trinidad no deja sombras de duda de que ni son iguales entre ellas ni tampoco han de identificarse unas con otras. El Padre engendra y no es engendrado; el Hijo es engendrado y no es Padre; el Espíritu Santo es el resultado de las otras dos personas. La primera persona se define como creadora y destructora; la segunda, como salvadora y redentora; y la tercera, como vivificante. Por consiguiente, ninguna de las tres es, en solitario, el Creador, el Redentor y el Vivificante. Entonces, nos dicen que la segunda persona es la palabra de la primera, que se convierte en hombre y lo sacrifican en la cruz para satisfacer la justicia de su padre, siendo su encarnación y resurrección operadas y ejecutadas por la tercera persona. En conclusión, he de recordar a los cristianos que, salvo que crean en la Unicidad absoluta de Dios y renuncien a la creencia en las tres personas, no son, de ningún modo, creyentes en el Dios verdadero. Estrictamente hablando, los cristianos son politeístas, con la excepción de que los dioses de los paganos son falsos e imaginarios mientras que los tres dioses de la Iglesia tienen un carácter distinto, de los cuales el Padre —como otro epíteto para Creador— es el verdadero Dios, pero el Hijo es tan solo un profeta y un siervo de Dios, y la tercera persona, uno de los innumerables espíritus santos al servicio de Dios Todopoderoso. En el Antiguo Testamento, a Dios se le llama Padre por ser un creador y protector benevolente, pero como las iglesias abusaron de este nombre, el Corán ha evitado justificadamente su empleo.