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55el misterio de mizpaCabe deducir, por lo tanto, que si Simón fuera safa, la iglesia que iba a ser edificada sería naturalmente mizpa o misfa. Que Jesús asemeje Simón a safa y la Iglesia a misfa es muy notable. Así pues, habiendo revelado el misterio oculto en esta semejanza, así como la sabiduría materializada en la safa, no queda más remedio que aceptar como una de las verdades más maravillosas el gran mérito del título de Muhammad por antonomasia Al-Mustafa.De lo que se ha dicho anteriormente, nuestra curiosidad nos llevaría, como es de esperar, a formular las siguientes preguntas: a) ¿Por qué los descendientes musulmanes y unitaristas de Abraham (que la paz sea con él) escogieron una piedra para realizar sus servicios religiosos sobre o alrededor de ella? b) ¿Por qué esta piedra en concreto se llamó safa? c) ¿Qué pretendía su autor? Y quizás otras preguntas más. La piedra fue seleccionada como el material más idóneo sobre el que un viajero devoto podía ofrecer su sacrificio, derramando su aceite y vino puros25 y realizando sus servicios religiosos alrededor de la misma. Es más, esa piedra fue erigida para conmemorar los votos y ciertas promesas que un profeta u hombre devoto hacía para su Creador, así como las revelaciones recibidas de Dios. Consecuentemente, era un monumento sagrado para perpetuar la memoria y el carácter sagrado de un gran acontecimiento religioso. Para este propósito, ningún material podía ser mejor que la piedra. No solo su solidez y durabilidad la hacían conveniente sino que también su simplicidad, su poco valor y su presencia en un lugar solitario eran una garantía de permanencia contra la avaricia humana o cualquier intención enemiga de robarla o destruirla. Como es bien sabido, la Ley de Moisés (que la paz sea con él) prohibía estrictamente picar o tallar las piedras del altar. La piedra llamada safa debía dejarse absolutamente en estado natural: sobre la misma no se podía gra25 El pueblo de Israel no tenía prohibido el vino. [Nota del autor]