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58el profeta muhammad en la bibliareligión, la literatura hebrea y otras ramas del conocimiento. Ahora bien, por encima de este trabajo educativo, el sofi era el líder supremo de una comunidad de principiantes, a los que instruía y enseñaba la religión esotérica o mística, conocida como sofia. En efecto, lo que actualmente llamamos «sufíes» eran conocidos por aquel entonces como nbiyim o ‘profetas’; y lo que en el islam se conoce como «invocación en la plegaria» ellos lo llamaban «profecía». En los tiempos del profeta Samuel, que era jefe del estado así como de las instituciones de misfa, los discípulos e iniciados se hicieron muy numerosos. Cuando Saúl fue ungido y coronado se sumó al dhikr o práctica religiosa de la invocación de los iniciados y se anunció en todos los lugares: «¿También Saúl entre los profetas?» Y estas palabras se convirtieron en proverbio porque él también profetizaba con el grupo de profetas (1 Samuel 10:9-13). Entre los hebreos, el sufismo continuó como una cofradía religiosa esotérica bajo la supremacía del profeta correspondiente hasta la muerte del rey Salomón (que la paz sea con él). Tras la partición del reino en dos, parece que se produjo un gran cisma también entre los sufíes. En los tiempos del profeta Elías (que la paz sea con él), alrededor del año 900 a.C., se cuenta que él era el único verdadero profeta que quedaba, que todos los demás fueron asesinados y que había ochocientos cincuenta profetas de Baal y Asera que «comieron en la mesa de la princesa Jezabel» (1 Reyes 18:19). Pero pocos años después, el discípulo y sucesor de Elías, el profeta Elíseo, es abordado por los «hijos de los profetas», quienes le anuncian el inminente ascenso de su maestro Elías (2 Reyes 2:3). Sea cual fuere la posición de los sufíes hebreos tras el gran cisma religioso y nacional, hay una cosa cierta, que el verdadero conocimiento de Dios y de la ciencia esotérica de la religión se conservó hasta la aparición de Jesús (que la paz sea con él), quien edificó su comunidad de iniciados en la religión interior sobre Simón Safa y que los verdaderos sofis o videntes del mizpa cristiano perpetuaron este conocimiento y lo cuidaron