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193el bautismo de juan y de jesús, marca religiosa del sibghat allahescritura sagrada del islam es una revelación directa de Allah (Dios) y que su Mensajero era la persona a la que Juan profetizó. El bautista (saba’a) hundía o sumergía a su neófito o infante en una pila, como un tintorero sumerge ropa o tela en un caldero de tinta. Se entiende fácilmente que el bautismo no es una thara, ‘purificación’ o ‘lavado’, ni una tabhala, ‘inmersión’, ni siquiera una rahsa, ‘baño’ o ‘ducha’, sino sab’aitha, ‘teñido’ o ‘coloreado’. Es extremadamente importante conocer estas distinciones. Al igual que saba’a, un tintorero da un nuevo color a una prenda sumergiéndola en un caldero de tinta, del mismo modo que un bautista da a su converso un nuevo color espiritual. Aquí hemos de realizar una distinción fundamental entre un prosélito gentil, por una parte, y un penitente judío o árabe ismaelita, por otra. El primero era formalmente circuncidado mientras que los segundos eran solamente bautizados. Por medio de la circuncisión, un gentil era admitido en la familia de Abraham y, por lo tanto, en el seno del pueblo de Dios. Mediante el bautismo, un creyente circuncidado era admitido en la comunidad de los creyentes penitentes y reformados. La circuncisión es una institución divina antigua, que no fue abrogada por Jesús ni por Muhammad. El bautismo practicado por Juan y por Jesús era solo en beneficio de las personas penitentes que habían sido circuncidadas. Ambas instituciones indicaban y presentaban una religión. El bautismo de Juan y de su primo Jesús era una marca de admisión en la sociedad de los penitentes purificados que prometían lealtad y respeto al Mensajero de Allah, cuya llegada ambos pronosticaron. De lo dicho se desprende, pues, que así como la circuncisión simbolizaba la religión de Abraham y de sus seguidores, el bautismo simbolizaba la religión de Juan y de Jesús y era una preparación para que los judíos y los gentiles realizaran un cordial recibimiento al fundador del islam y abrazaran su religión. e) Según el testimonio de San Marcos (1:1-8), el bautismo de Juan tenía el carácter de «remisión de los pecados». Se afirma que todo el terri-