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                                    215el paráclito no es el espíritu santoel tercero de tres. Nosotros los musulmanes deseamos y pretendemos siempre regular nuestra vida y conducta conforme al espíritu de Muhammad (al que Allah bendiga y dé paz), y con ello nos referimos a que estamos resueltos a ser fieles a la religión de Dios del mismo modo que lo fue el último Profeta. Porque el Espíritu Santo en Muhammad, en Jesús y en cualquier otro profeta no era otro que el Espíritu de Dios (Allah), ¡alabado sea Su Santo Nombre! Este espíritu es llamado «santo» para diferenciarlo del espíritu vil e impuro del Demonio y sus huestes. Este espíritu no es una persona divina, sino un rayo divino que ilumina y santifica al pueblo de Dios.e) La fórmula del Evangelio: «En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo», aunque sea auténtica y verdaderamente prescrita por Cristo, puede ser legítimamente aceptada como fórmula de profesión de fe antes del establecimiento formal del islam, que es el verdadero Reino de Dios sobre la tierra. Dios Todopoderoso, en su condición de Creador, es el Padre de todos los seres, cosas e inteligencias, pero no es el Padre de un hijo en particular. Los orientalistas saben que la palabra semítica abb o abba, que se traduce como «padre», significa ‘quien da a luz o produce frutos’ (ibba = fruto). El sentido de la palabra es inteligible y su uso bastante legítimo. La Biblia emplea con frecuencia el apelativo «padre». Dios dice en ella: «Israel es mi hijo, mi primogénito» (Éxodo 4:22). Y en el libro de Job (38:28) se afirma: «¿Tiene padre la lluvia? ¿O quién engendró las gotas del rocío?». Es debido al abuso de esta apelación divina del Creador por parte de los cristianos que el Corán evita su uso. Desde una creencia puramente unitaria y musulmana, el dogma cristiano acerca del eterno nacimiento o generación del hijo es una blasfemia. Independientemente de que la fórmula bautismal cristiana sea auténtica o espuria, creo que hay una verdad oculta en ella. Pues debe admitirse que los evangelistas nunca autorizaron su uso en ningún otro ritual, rezo o credo del bautismo. Este punto es extremadamente importante. 
                                
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